El dominio de los hongos constituye una colección de organismos excepcionales, distintos de todo lo existente en nuestro planeta; son seres eucariotas y heterótrofos, exhiben una diversidad asombrosa de formas, funciones, estructuras y modos de vida diversos. Este reino alberga una asombrosa cifra que supera 1.5 millones de especies, ejerciendo influencias tanto positivas como negativas en todas las formas de vida y en los variados ecosistemas que coexisten.
Los hongos han sido empleados en la producción de alimentos y la fabricación de antibióticos, lo que los convierte en entidades vitales para la humanidad. No obstante, también han ocasionado enfermedades en plantas y animales, planteando un desafío constante en los campos de investigación, diagnóstico, tratamiento y control.
La presencia de hongos es ubicua, omnipresente y de alcance global; pueden surgir en prácticamente cualquier entorno y nutrirse de lo más insospechado. Incluso cuando no son visibles a simple vista, como en el caso de los hongos microscópicos que a menudo contaminan nuestros alimentos.
Tienen la habilidad de prosperar en sustratos extremadamente variados, en todas las zonas climáticas de la Tierra e incluso en condiciones extremas. Su amplitud es tal que sus esporas pueden incluso alcanzar la atmósfera. El desarrollo de los hongos requiere condiciones ambientales específicas para llevarse a cabo, como humedad relativa, temperatura, precipitación, inversiones térmicas, niveles de contaminación, disponibilidad de sustrato y actividades humanas, entre otros.
El reino Fungi representa uno de los grupos más vastos en la biodiversidad, y lo más intrigante es que aún existen numerosas especies por descubrir. A medida que estas se van revelando, también se comprende cada vez más su relevancia, aplicaciones y precauciones.
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